por Malena Cuppari
Si sos emprendedor y te frustras porque no se te ocurre qué postear en Instagram, probablemente sea porque no le dedicas el suficiente tiempo. Les proponemos desmitificar un poco el aura mágica que rodea a los generadores de contenido para ayudarlos a entender que todos pueden hacerlo, siempre que se lo tomen como lo que es: un trabajo.
La realidad es no hay personas que sean más o menos creativas a la hora de realizar esta tarea (o cualquier otra). La diferencia entre un contenido de calidad y uno medio pelo radica exclusivamente en el tiempo que le dedicamos a la pieza. Quienes trabajamos en este maravilloso rubro le dedicamos horas y horas de nuestro tiempo a investigar, leer y buscar referencias de lo que queremos crear. Una vez que hacemos todo eso, dedicamos otro par de horas a pensar ideas creativas para presentar nuestro contenido y luego a ejecutarlas.
¿Cómo lo hacemos? Cada uno tiene su manual pero te dejamos los pasos a seguir del proceso creativo que solemos recorrer a la hora de generar las grillas de contenido para nuestros clientes:
1- Siempre las hacemos mensuales y lo primero que chequeamos son los hitos comunicacionales del mes en cuestión. Es decir, buscamos eventos relevantes que vayan a suceder con la marca ese mes: promociones, descuentos, aniversarios, etc. También relevamos efemérides que tengan que ver con el rubro y eventos externos que, aunque no sean propios del cliente, lo impactan de alguna forma. Por ejemplo, si es una marca de ropa, el Fashion Week va a impactarlo por todos lados. Con toda esta información vamos a poder armar una primera estructura, y acomodar las fechas de los posteos tomando como base estos eventos.
2- Trabajamos con ejes de comunicación previamente estipulados en un plan estratégico. Estos ejes vendrían a ser las “secciones” en las que vamos a dividir el contenido: productos, información sobre nuestro emprendimiento, historia, etc. Definimos cuántos posteos de cada sección vamos a generar, les asignamos una fecha dentro de las que quedan libres y los plasmamos con el título de la sección en la grilla.
3- Ya tenemos toda la estructura armada y probablemente muchas cosas en mente. Todo lo que se nos haya ocurrido hasta este momento lo escribimos para que no se nos escape. Muchas veces sabemos mucho de un tema y podemos escribir casi todo nosotros, otras veces solo escribimos alguna idea y lo dejamos para completar después de investigar un poco.
4- Buscamos referencias y la información que nos falte para completar los posteos. Leemos notas, artículos, recomendaciones. Miramos Youtube. Nos fijamos si otras marcas ya hablaron del tema que estamos tratando y vemos cómo lo abordaron. Volcamos todo eso en cada posteo. TIP: hagan de a un posteo a la vez.
5- Una vez que tenemos todo esto, repasamos posteo por posteo y definimos cómo vamos a presentar cada contenido: ¿en qué red social lo vamos a subir? ¿Lo publicamos en el feed o en las historias? ¿Usamos gráfica estática, un GIF o un video? Si es un video, ¿vale la pena hacer un video para YouTube, o mejor para IGTV?
6- Le damos forma a los textos. Editamos, agregamos emojis y hashtags. Titulamos con impacto y tratamos de generar interacción con su audiencia a través de un CTA (del inglés «call to action«, llamar a la acción). Un ejemplo de CTA es dejar una pregunta para generar conversación con la audiencia.
7- Una vez que ya tenemos la grilla lista, se la pasamos a otro ser humano para que la corrija. Este paso nos parece súper importante porque siempre dos cabezas piensan más que una. Tratamos que al menos dos personas pasen por la grilla para corregir errores que tal vez el otro no distinguió y para sumar ideas frescas al contenido. A veces uno queda quemado de leer tantas veces lo mismo y un cerebro nuevo renueva el aire y disminuye el margen de error.
8- Generamos los contenidos audiovisuales que definimos en el paso 5.
Hasta acá nuestro proceso creativo en la generación de grillas de contenido. La verdad es que le dedicamos mucho tiempo a cada una pero el camino siempre es hermoso y la satisfacción de un producto terminado hecho con amor no tiene comparación.
La creatividad no es un don divino digno de unos pocos, es un músculo que se ejercita y cualquiera puede hacerlo. Ninguna idea buena sale en los primeros 40 minutos, hay que sentarse y darle mil vueltas al asunto hasta dar con la magia.